DOS SACAS
El sol entraba "saludable" y con fuerza por unos grandes ventanales, sin contraventanas ni cortinas, por la habitación en donde yacía F.J... El suelo era de madera deteriorada, el techo blanco; y sobre las paredes no había armarios, ni espejo, ni adornos. Solo había una raída cama con un colchón de lana; y a sus pies, dos sacas de cuero "una llena y la otra vacía": todo situado en el fondo del cuarto.
Tres golpes, dados con el puño de la mano en la puerta de su casa en "Las Fuentes", intranquilizaron a F.J. mientras dormía: lo lógico era que hubieran llamado al timbre. Alguien abrió la puerta, y un intercambio de susurros llenó el silencio. Pronto, los firmes pasos duros y sonoros de un enano vestido de negro se dirigieron hacia F.J; este, asustado, intentó gritar con todas sus fuerzas desde el camastro en el que se hallaba... El enano cogió la saca repleta de cachivaches y se fue... Instantes después, volvió a turbarle, ¡el maldito!, con su presencia... Tomó la saca vacía y deprisa salió del cuarto... ¡Al fin, y de un portazo, le rompió la pesadilla!...
José Garcés
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