domingo, 19 de agosto de 2018

GARRAPATAS

Estos meses en los que las temperaturas animan a las actividades al aire libre –sobre todo en un ámbito rural y montañoso- son aquellos en los que tenemos que prestar especial atención a las picaduras de insectos. Anteriormente hablamos de los ubicuos mosquitos, pero hoy vamos a hablar de otro insecto más latoso: las garrapatas.
Las garrapatas son artrópodos cuya supervivencia se basa en parasitar otros seres vivos y alimentarse de su sangre. Para ello “muerden” a su víctima y se anclan a ella, quedando así enganchadas permanentemente. Viven principalmente en el suelo de zonas boscosas y parasitan animales como perros, pero el ser humano puede ser parasitado accidentalmente.
El principal problema derivado de la picadura de garrapata no es que extraigan sangre o que puedan inocular veneno (que no lo hacen), sino que su saliva puede contener organismos patógenos que a la larga pueda causarnos enfermedades. Es por ello imprescindible una prevención adecuada de la picadura y, en el caso de que una nos pique, saber identificarla y quitarla con la mayor destreza e inmediatez posibles.


¿Cómo prevengo la picadura?
Lo esencial es la protección física. Para ello, cubre la mayor parte de tu cuerpo: utiliza manga larga y pantalón largo, y lleva siempre calzado cerrado. Además, puedes utilizar repelentes, siempre que estos estén certificados por las autoridades competentes. Es preferible vestir ropa con colores neutros para no atraer la atención de los insectos y recuerda que llevar ropa clara puede permitir visualizar la presencia de garrapatas en ella. Llevar un sombrero o una gorra en zonas de mucha vegetación también es aconsejable. Por último, evita andar por las zonas de mucho matorral y siempre deberías tender a caminar por caminos establecidos.
Una vez en casa, la ropa directamente a lavar con agua bien caliente y es importante revisar bien tu cuerpo para detectar la presencia de estos artrópodos: ¡la picadura puede ser completamente indolora y que no hayas notado su presencia! Debido a que se encuentran principalmente en el suelo, lo esencial es revisar piernas (tobillos y hueco detrás de la rodilla), pero también es importante echarle un vistazo al cuero cabelludo, cuello, cintura y brazos… ¡en definitiva a todo el cuerpo! Revisa también el cuerpo de niños y animales.

¡Oh, no, me ha picado! ¿Y ahora qué hago?
Que no cunda el pánico: hay ocasiones en las que la picadura es inevitable, por lo que lo principal es que la has detectado y así se podrá extraer. Lo ideal es que el proceso de extracción lo haga personal sanitario cualificado, pero si te encuentras en una situación en la que no puedes disponer de acceso a médicos en unos días, es preferible que te la quites cuanto antes.
Para ello, solo necesitas unas pinzas. No hay que aplicar sobre la garrapata métodos tradicionales como alcohol, vaselina, pintauñas u otras sustancias, ya que la garrapata podría liberar más sustancias tóxicas a la sangre. Con las pinzas, sujeta a la garrapata de los dientes; esto es, sujétala por la cabeza, lo más próximo a la piel posible. De esta manera, evitarás que se queden fragmentos de ella sujetos. Una vez bien firmemente sujeta, se debe estirar lentamente para extraerla, sin hacer movimientos bruscos como de tirón o de giro. Solo tirar lentamente, hasta que se desengancha. La garrapata sigue viva, por lo que recuerda evitar que te pique posteriormente, y retirarla en un recipiente cerrado. En el caso de que quedara algún fragmento de la garrapata todavía en la mordedura, déjalo y no toquitees más la herida: el cuerpo lo expulsará espontáneamente. Una vez retirada la garrapata, lava bien la herida con desinfectante.
Para evitar el desarrollo de enfermedades, es imprescindible estar pendientes durante el mes siguiente de cambios en la coloración de la piel entorno a la mordedura y consultar con tu médico de cabecera si aparecieran.

Dra Urdin

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